miércoles, 10 de septiembre de 2014

DESAYUNO Y FERTILIDAD

La infertilidad se está convirtiendo en un problema, sobre todo en los países más desarrollados en los cuales las parejas alargan cada vez más el momento de tener un hijo.
Afortunadamente, en la actualidad hay muchas opciones, desde la inseminación artificial hasta la fertilización in vitro. Sin embargo, muy pocas parejas son conscientes de que un cambio en sus hábitos de alimentación puede aumentar la fertilidad.
En los últimos años se han realizado numerosas investigaciones que han puesto al descubierto el vínculo entre alimentación y fertilidad. Uno de los estudios más recientes se realizó en la Universidad Hebrea de Jerusalén, con un grupo de mujeres diagnosticadas con el Síndrome de Ovarios Poliquísticos.

Vale destacar que se trata de uno de los trastornos más comunes que incide en la fertilidad femenina y afecta entre un 6 y un 10% de las mujeres en edad reproductiva. Básicamente, es una alteración endocrina que provoca desequilibrios hormonales, lo cual trae consigo irregularidades en el ciclo menstrual, así como una resistencia a la insulina y alteraciones en el ciclo de ovulación.
En este estudio se trabajó con 60 mujeres que tenían un índice saludable de masa corporal. Todas se sometieron a una dieta de 1.800 calorías diarias pero distribuidas de manera diferente; es decir, un grupo consumía la mayor parte de las calorías en el desayuno (un desayuno fuerte que aportaba 980 calorías, un almuerzo medio de 640 calorías y una cena de 190 calorías) mientras que el otro grupo ingería la mayor cantidad de calorías durante la cena (desayuno ligero de 190 calorías, almuerzo medio de 640 calorías y cena fuerte de 980 calorías).
A lo largo del experimento los investigadores analizaron una serie de indicadores esenciales para la fertilidad y que usualmente se ven afectados por el Síndrome de Ovarios Poliquísticos, como las concentraciones de insulina, de glucosa y los niveles de algunas hormonas como la progesterona y la testosterona.
Un desayuno equilibrado pero abundante es beneficioso y estimula la ovulación para la fertilidad
Al cabo de 3 meses los resultados de las pruebas de sangre, que al inicio del estudio eran similares en todas las mujeres, habían variado notablemente. En el grupo que centró la mayoría de las calorías en el desayuno, las concentraciones de glucosa en sangre disminuyeron un 8% y los niveles de insulina decrecieron en un 53%. Sin embargo, en el grupo en el que las calorías se concentraron en la cena no se evidenciaron cambios significativos en estos indicadores.
Además, se debe destacar que al inicio del estudio ninguna mujer estaba ovulando pero al finalizar el experimento, el 50% de las mujeres que apostaron por una dieta más rica en el desayuno ya ovulaba. En el grupo de las mujeres que centró las calorías en la cena, solo el 20% comenzó a ovular.

Estos resultados no dejan lugar a dudas: en la fertilidad no solo cuenta la dieta que seguimos sino también la manera en la cual distribuimos los alimentos a lo largo del día. Todo parece indicar que apostar por un desayuno más copioso y una cena más ligera nos ayuda a reducir la resistencia a la insulina y disminuye los niveles de testosterona, lo cual le ayuda a las mujeres que padecen del Síndrome de Ovarios Poliquísticos a regular su ovulación.
A comer rico y saludable.




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