Nadie me escucho,
nadie me considero,
no te reprocho porque
no te quisiste quedar
pero si te tengo que decir que en donde quiera que estés,
que una simple palabra en una hoja
basto para cambiar mi vida
al saber que
pronto llegarías,
que los días fugaces que estuviste a nuestro lado
fueron los
mejores de nuestras vidas
llenos de ilusión y de amor,
aunque el colapso pronto
llego y me hiciste llorar como nunca.
No te reprocho nada y sabes que aún se me destroza el
corazón al ver tu calcetincito amarillo,
tal vez siempre me preguntare y
siempre tendré la duda de cono hubiera sido,
no sabes el dolor tan grande que
siento al acercarse el mes en el que llegarías, nada es más difícil que vivir
sin ti
y sin saber cómo serían tus ojos, tu pelo,
tu piel, tu olor, sabes que
en minutos
me hice a la idea de que no me dejarías
dormir pero no me enojaría
contigo te lo juro,
no te reprocho nada
pero te perdiste
de dos padres
excelentes,
amorosos, trabajadores que se hubieran desvivido por ti,
te
perdiste de una casa hermosa de un jardín bello,
de muchos juguetes y tal vez
un perro,
de dos pares de abuelo como no los hay.
Alguien comento que tu estas destinado
para nosotros tal vez
no en ese pedacito de carne
pero en espiritud
dicen volverás nuevamente
eso no
lo sé;
pero si es así
sabes que te estamos esperando y serás bienvenido.
Aquí todo es tan igual, la vida pasa normal pero te juro que
en mi corazón siempre estarás
siempre pensare en ti,
si no te hubieras ido
sería tan feliz
mi pequeño querubín.
Te extraña tu papá.
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