¿Qué actitud deben tomar los padres para ayudar a sus hijos en su incorporación al jardín infantil?
La preparación para ir a un jardín de la infancia debe ser
con varios días de anticipación, cuando vaya a pedir información llévelo para
que conozca el local y también al personal que labora en ese centro educativo.
Se le debe decir que irá a un lugar con niños como él, donde
jugará mucho con unas tías o miss muy amorosas, que hay en su colegio. El niño
escucha lleno de excitación.
Se le debe preguntar si mañana quiere ir y dice que sí.
La actitud de los padres puede contagiarse a los niños,
ellos estarán muy atentos a cualquier muestra de inseguridad o nerviosismo.
En todo momento se le debe hablar al niño decirle que mamá
estará cerca, los primeros días dejarlo solo por media hora y de a pocos se
debe alargar el tiempo.
Búscalo unos minutos antes de su salida para que vea que tu
estas ahí.
La edad más aconsejable para empezar a llevar a un niño o
niña al jardín infantil es relativa.
Si el niño es menor de 2 años y la madre trabaja es
aconsejable que se lo lleve a una sala cuna.
Desde el punto de vista del
desarrollo alrededor de los 2 años los niños y niñas se interesan por
interactuar con otros, por lo tanto, esa podría ser una edad oportuna. Sin
embargo, desde el punto de vista del aprendizaje, la mayor oportunidad de
aprendizaje en la vida es antes de los 2 años.
En este periodo se producen las mayores conexiones neuronales,
si se cuenta con un ambiente estimulante. Por lo tanto, asistir a un jardín
infantil desde los primeros meses de vida puede ser muy beneficioso.
Pero cualquiera sea la edad del querubín, ese primer día
será vivido de manera única por cada niño. Los procesos de adaptación varían
por una infinidad de factores. Una niña o un niño que se siente querido,
reconocido y respetado, sin lugar a dudas que su actitud frente al primer día
de actividades va a ser positiva porque él o ella se sienten seguro.
Ahora bien, si la experiencia previa del niño es de abandono o incertidumbre, lo más
probable es que le va a costar mucho más adaptarse, llorando de manera
insistente los primeros días. Si esta reacción durara por más de una semana,
sería bueno intentar averiguar si el niño se siente mal por algo específico o
está sufriendo de un trastorno más serio.
Muchos niños viven esa sensación de abandono cuando sus
padres salen y no les dicen que no van a estar, pensando que así les evitan un
sufrimiento. Lo cierto es que esto para un niño es traumático. De pronto, sus
padres desaparecen y, como no tiene noción del tiempo, la incertidumbre es
enorme. Si se le dice al niño que los padres van a salir, que van a volver y le
muestran en el reloj a qué hora van a volver, los niños por muy pequeños que
sean, lo van a comprender.
Si los padres se muestran contentos de que el niño asista al
jardín infantil, se muestran confiados, seguros y tranquilos, el niño pensará
"ese debe ser un lugar muy bueno para mí".
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